El Virus del Lúpulo (HLVd) y sus Efectos en la Planta de Marihuana
En los últimos años, el mundo del cultivo de cannabis ha tenido que enfrentarse a una nueva y silenciosa amenaza: el virus del lúpulo, también conocido por su nombre técnico como Hop Latent Viroid (HLVd). Se trata de un viroide, es decir, una molécula infecciosa de ARN más simple que un virus, pero capaz de causar graves daños a los cultivos de cannabis (y no solo). Originalmente asociado a la planta del lúpulo (Humulus lupulus), de la que toma su nombre, el HLVd es hoy tristemente conocido también en el sector del cannabis, tanto recreativo como medicinal.
¿Qué es el Virus del Lúpulo (HLVd)?
El HLVd es un viroide de ARN circular, sin envoltura proteica, que infecta las células vegetales alterando su fisiología. En el lúpulo, muchas veces permanece latente (es decir, sin síntomas visibles), pero cuando infecta al cannabis (Cannabis sativa), los efectos son mucho más notorios y dañinos.
Cómo se Propaga
El virus del lúpulo se propaga principalmente por:
Herramientas contaminadas (tijeras de poda, cuchillas, etc.)
Clonación a partir de plantas madre infectadas
En menor medida, por contaminación ambiental o vectores biológicos
Síntomas del HLVd en el Cannabis
El viroide puede permanecer asintomático en las primeras fases, lo que dificulta su detección precoz. Sin embargo, a medida que avanza la infección, aparecen síntomas claramente identificables:
Enanismo: la planta presenta un crecimiento lento, con entrenudos más cortos
Hojas deformadas y de color apagado
Producción de flores escasa y con poca resina
Reducción en los niveles de cannabinoides y terpenos, como el THC y el CBD
Maduración irregular
Raíces poco desarrolladas
Uno de los aspectos más engañosos del virus es que muchas plantas infectadas pueden parecer “saludables”, pero producen un rendimiento muy inferior. Por esta razón, muchos cultivadores lo llaman «Dudding disease» (enfermedad del estancamiento).
Impacto Económico y Agronómico
En cultivos comerciales, el HLVd puede provocar pérdidas de rendimiento de entre el 30 y el 50%, especialmente en cultivos intensivos indoor o en invernadero, donde la infección se propaga rápidamente entre plantas. La reducción en la calidad y cantidad de resina representa un daño directo para la industria tanto medicinal como recreativa.
Prevención y Control
Actualmente, no existe una cura para las plantas infectadas por HLVd. Sin embargo, es posible gestionar el riesgo adoptando buenas prácticas:
Desinfección rigurosa de herramientas de trabajo
Uso de plantas madre certificadas como sanas
Análisis moleculares mediante pruebas PCR para detectar el viroide incluso en fase asintomática
Eliminación inmediata de plantas sospechosas o confirmadas como positivas
Implementación de protocolos de cuarentena para nuevas genéticas
Algunos laboratorios están desarrollando técnicas de micropropagación y termoterapia para “limpiar” clones infectados, aunque son procesos costosos y aún no están disponibles de forma masiva.
Conclusión
El virus del lúpulo representa una amenaza seria para el cultivo de cannabis, especialmente en contextos comerciales donde la calidad del producto es esencial. Reconocer los síntomas a tiempo, mantener medidas higiénicas estrictas y confiar en genéticas certificadas son hoy las únicas herramientas efectivas para los cultivadores. En un mercado cada vez más competitivo y regulado, prevenir el HLVd es clave para asegurar plantas sanas, producciones sostenibles y productos finales de alta calidad.
